La nieve de un triste domingo II
(Primera parte-Aquí)
Me
contemplo a mi misma en medio de la nieve, la sangre que salia de mi
pecho teñía la blancura de la nieve haciéndola parecer un poco
menos pura. Lamenté darme cuenta de que ni muerta podía abandonar
este mundo. Ahora era una alma en pena, condenada a vagar eternamente
en la soledad. No siento el frío pero aun así noto que mi piel, o
lo que fuera que es, congelada. Me encuentro entre el cielo y la
tierra, atrapada en medio de dos mundos, seria tan fácil volver con
mi cuerpo y luchar otra vez por vivir, pero a estas alturas, mirando
mi cuerpo congelándose, prefiero ignorar una segunda oportunidad.
Tengo las ideas claras y aunque la tristeza aun domina mi mente
siento unas ganas inmensas de salir de aquí, quiero ver el mundo que
hay a fuera aunque sea la ultima vez.
Mis
pies aun tocaban al suelo y comencé a andar lentamente hacia dentro,
no me había fijado antes pero en el suelo había mucha de mi sangre
perdida, que ahora ya no necesitaba. Ahora solo soy un nido de
sentimientos dentro de una bolsa transparente que camina sin dejar
ninguna huella. Bajo la escala sin el mínimo esfuerzo y llego a un
salón que esta echo un desastre. Evito mirar los cuerpos sin vida
que están estirados al lado de la mesa. No creo que lo soporte aun
siendo un espíritu. Siento ganas de llorar, pero esta vez ya no
puedo, las lagrimas ya no se acumularan en mis ojos, ni bajaran
lentamente por mi mejilla. Es una sensación rara, sentir nostalgia
por echar de menos la vida es un poco raro.
Salgo
a fuera sin ni siquiera abrir la puerta. Todo esta tranquilo, no oigo
los gritos de la vecina gritándole a su marido, ni el ladrillo de el
perro del vecino de adelante, todos esta quietos como si guardaran un
minuto de silencio para este trágico suceso. Pero luego seguirán
con sus vidas sin marcha atrás, como si ese minuto no significara
nada, ¿pero en realidad tiene que significar algo? Analizo el
silencio aquí a fuera y me pregunto si los disparos se podían oír
desde aquí, en un domingo como este cualquier ruido era escuchado
por los ciudadanos por muy débil que fuera.
Camino
calle abajo sin saber exactamente hacia donde me dirijo. No tenia
ningún lugar a donde ir ahora que ni siquiera mi propia alma tiene
un hogar. Empieza a nevar otra vez y yo noto como los pequeños copos
de nieve atraviesan mi cuerpo provocándome un extraño escalofrió.
Alzo la vista y me fijo en el gris del cielo, más allá de las
nubes, o más allá del espacio, esta el lugar donde tanto ansío
estar ¿estarán mis padres esperándome allí arriba o ellos, al
igual que yo vagan por la tierra buscando una escapatoria para no perderse para siempre? Quizás. Cierro los ojos. Solo quizás, no muy lejos de aquí ellos estarán buscándome para llevarme a casa.
Wolaaa,
ResponderEliminarEscribes muy bien, me ha gustado mucho.^-^ Enhorabuena y sigue así!